jueves, 29 de septiembre de 2011

Carta de Charlot a Maggie

Querida Maggie:

¿Cómo estás? ¿Cómo han ido las cosas desde la última vez que me escribiste? ¿Cómo va la cosecha esta temporada? ¿Hay suficiente comida para alimentar a la familia? Espero que todo vaya bien. Los echo mucho de menos, me encantaría estar ahí con vosotros.
Aquí en la ciudad me siento muy solo; no tengo apenas tiempo de poder conocer a gente de la ciudad porque he conseguido un trabajo en una fábrica cercana donde estoy viviendo ahora. Cuando llegué a la ciudad busqué un sitio donde poder quedarme a vivir y en un bar conocí a unos obreros que me aconsejaron una zona muy pobre pero que era un sitio de los mejores que podía encontrar porque la gente que habitaba en ese lugar era muy acogedora. Sin embargo las condiciones en las que viven los trabajadores son muy malas: las habitaciones son my pequeñas, están muy sucias, las paredes se están cayendo y apenas tienen suficiente dinero para subsistir.
Tengo un buen amigo llamado James que me ha conseguido un trabajo en una industria, el cual me  ha advertido que las condiciones de trabajo en esta fábrica son muy duras, bastante peores que las de los jornaleros del campo. Él y gran parte de su familia han emigrado a la ciudad como yo y me han comentado que esto se llama éxodo rural.
En lo que consiste mi trabajo es en atornillar una placa que forma parte de uno de los mecanismos del automóvil, un nuevo invento al alcance de muy pocos. En esta ciudad los que tienen el dinero son los burgueses, personas ricas que tienen el control de toda la ciudad porque son los dueños de gran parte de las industrias de textil y metalurgia.
El que manda en la fábrica, es decir, nuestro jefe, no tiene corazón; está continuamente explotándonos por muy poco dinero, apenas nos deja tiempo para descansar y comer, y además trabajamos en penumbra, es decir,  la luz es escasa a pesar de los avances tecnológicos que han permitido que en la mayoría de los sitios haya electricidad (menos en las zonas donde vivimos los obreros).Los capataces siempre nos están  haciendo aumentar el ritmo de trabajo, para poder sacar una mayor productividad y así conseguir el máximo dinero posible, lo que llaman aquí en  Inglaterra el sistema capitalista.




La verdad  es que no me gusta nada este  trabajo porque todo el día estoy haciendo lo mismo y cada vez con una mayor exigencia y siendo explotado constantemente. Al parecer este sistema de organización de trabajo tan horrible e injusto  se llama Taylorismo ¡A quién se le habrá ocurrido inventar esto!
Me he tenido que acostumbrar a trabajar con máquinas muy distintas a las que solía usar en el  campo cuando recogíamos legumbres y nos preocupábamos por la rotación de cultivos, pero el  colmo ha sido que al jefe le han traído una máquina la semana pasado  hecha para los trabajadores para que comiéramos más rápido mientras trabajábamos ¡La jornada laboral era de 15 horas como mínimo! Algo agotador. Me está afectando a mi salud. Por la noche,  las pocas horas que tengo para dormir, no descanso bien debido al agotamiento  que me produce unas pesadillas terribles  y en las cuales lo paso muy mal porque me despierto muy agitado. Hace unos días perdí los papeles en mi trabajo debido al estrés que ocasiona mi función en la fábrica. No solo esto me pasa a mí sino  también a muchos de mis compañeros. Por esto muchos obreros se están agrupando de forma clandestina sin que los jefes se enteren para intentar crear una asociación, que quieren llamar sindicato, para intentar buscar una solución a nuestros problemas y conseguir unos derechos para los trabajadores que los empresarios respeten.
En mi opinión Maggie, estos hombres son muy valientes al intentar luchar por sus beneficios y por los de todos los demás. Últimamente, se han estado celebrando revueltas y huelgas prohibidas por los obreros y  me han contado que en algunos lugares han aparecido nuevas corrientes  a las que llaman socialismo y anarquismo. Sin ir más lejos, el lunes saliendo del trabajo me encontré con una manifestación y me vi involucrado.  Para mi desgracia, justo en ese momento apareció la policía y empezó a golpear a los manifestantes, me confundieron con el cabecilla de la manifestación y por ello me llevaron preso a la cárcel de Postergam donde había gente de muy mala imagen, lo que me hizo ponerme nervioso e incluso  temer por  mi vida.
¡La verdad Maggie que suerte que tengo! Espero que las cosas vayan mejorando poco a poco. Por mi parte estoy intentando gastar el menor dinero posible para poder enviártelo cuanto antes y así que podamos tener los dos unas mejores condiciones de vida, y sobre todo que dentro de poco tiempo podamos estar juntos de nuevo.
Esperaré con ansia tu carta, cuídate mucho, te quiere
Charlot.